jueves, 17 de enero de 2013

DIARIO DE PERLA: GUÍA PRÁCTICA PARA LA CONVIVENCIA CON HUMANOS




CAPITULO 1: Captación del humano 

Queridos canes del mundo, mi nombre es Perla, soy una caniche enano hembra con un olor de culo tipo caca rancia de dos días, mezclada con orines frescos salteados de feromonas sexuales activas y con un ligero toque a huevos podridos y marisco pasado. Yo os traigo la panacea universal para que aprendáis a adiestrar mejor a vuestras mascotas humanas y llevarlas por el buen camino de la sumisión canina.
El secreto me ha costado casi un año de duro estudio utilizando el método empírico, estableciendo pues, una dinámica de observación de fenómenos y procediendo luego a su posterior análisis estadístico. Todo ello ha dado como resultado esta práctica guía poseedora de todo el conocimiento que vosotros necesitáis, mis queridos hermanos peludos. Dejad la sumisión y hacedle creer a ese mono desnudo que es el dueño siéndolo realmente vosotros en las sombras. Os garantizo que vosotros os convertiréis en los verdaderos amos de la casa.
¿Qué tienen los humanos que tanto nos beneficia? Además de múltiples lugares cómodos y calentitos para dormir, ellos pueden conseguir comida fácil, mucha comida, y ese va a ser nuestro principal objetivo. Si queréis vivir de gorra sin andar a mordisquear en los cubos de basura, (bueno, de vez en cuando podéis  daros el lujo de ir también a la basura por supuesto, que nadie os quite el placer de su intenso aroma. Un cubo de basura puede llegar a la altura de un buen culo, y con la atenuante de que te puedes encontrar algo sabroso en su interior) seguid mis consejos.
El primer paso que debéis dar es captar a un humano. La selección del espécimen es muy importante, muchos de vosotros sabéis que existen gran número de humanos malvados y crueles, aunque muchas veces nos encariñamos ciegamente a pesar de lo mal que nos tratan luego, pero de este triste asunto hablaremos otro día.
Bien, captación de humanos, cuanto más cara de tonto tiene el humano mejor. Hay humanos que son más reacios a tenerte en sus casas, pero son los que luego caen con mayor facilidad ante vuestros encantos. Pero en el primer paso tenéis que captar al más imbécil, ese que babea y cuyos ojillos lagrimean emocionados cuando te ven, esos van a ser los encargados de facilitarte la entrada al domicilio. Aunque luego nos os hagan mucho caso y sea el miembro más reacio se su familia el que se acuerde de darte de comer y limpiarte el culo.
La clave para conquistar a ese humano emocionalmente inestable, ese que te desea fervientemente, es dar la máxima pena, la máxima ternura que se pueda. Depende de si eres adulto o cachorro. Los cachorros por norma general lo suelen tener más fácil, pero todos podéis conseguirlo. Miradlo a los ojos, el contacto visual es fundamental, echadle una miradilla nostálgica con tintes tiernos, eso los chifla. Luego, una vez captados a través del ejercicio visual, hacedle algunas gracias. Moved mucho la colita, poneros panza arriba (así, de paso, también aprovecháis para que os rasquen la barriguita, que aprendan a ser sumisos desde el comienzo) jugad con ellos, sed buenos, pareced sumisos, sentaos cuando os ofrezcan algo de comer y en menos que canta un gallo estaréis en su casa.
Por supuesto, esto es una táctica para acceder al hogar, una vez dentro podéis comenzar a adueñaros de ella poco a poco. Disfrutaréis del placer de morder las zapatillas y los mubles, de mear en la cama, de cagar en la alfombra, de llenar el sofá de tierra… Todos esos placeres que en próximos capítulos iré desgranando para que aprendáis a disfrutarlo con las menores repercusiones posibles. Porque recuerda, tú eres el verdadero amo, esa es ahora tu casa no la suya.
Pero… ¿qué pasa si existen otros animales en la vivienda del humano? En el próximo capítulo, os enseñaré las tácticas para neutralizar a todos los bichos indeseables que capten la atención de tu humano para perjudicarte. Por supuesto, os daré unos suculentos consejillos para libraros de nuestros peores enemigos, los felinos.
Pero todo esto y más en el próximo capitulo. ¡Hasta la próxima!



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