CAPITULO 1: Captación del
humano
Queridos canes
del mundo, mi nombre es Perla, soy una caniche enano hembra con un olor de culo
tipo caca rancia de dos días, mezclada con orines frescos salteados de
feromonas sexuales activas y con un ligero toque a huevos podridos y marisco
pasado. Yo os traigo la panacea universal para que aprendáis a adiestrar mejor
a vuestras mascotas humanas y llevarlas por el buen camino de la sumisión
canina.
El secreto me ha
costado casi un año de duro estudio utilizando el método empírico,
estableciendo pues, una dinámica de observación de fenómenos y procediendo
luego a su posterior análisis estadístico. Todo ello ha dado como resultado
esta práctica guía poseedora de todo el conocimiento que vosotros necesitáis,
mis queridos hermanos peludos. Dejad la sumisión y hacedle creer a ese mono
desnudo que es el dueño siéndolo realmente vosotros en las sombras. Os
garantizo que vosotros os convertiréis en los verdaderos amos de la casa.
¿Qué tienen los
humanos que tanto nos beneficia? Además de múltiples lugares cómodos y
calentitos para dormir, ellos pueden conseguir comida fácil, mucha comida, y
ese va a ser nuestro principal objetivo. Si queréis vivir de gorra sin andar a
mordisquear en los cubos de basura, (bueno, de vez en cuando podéis daros el lujo de ir también a la basura por
supuesto, que nadie os quite el placer de su intenso aroma. Un cubo de basura
puede llegar a la altura de un buen culo, y con la atenuante de que te puedes
encontrar algo sabroso en su interior) seguid mis consejos.
El primer paso
que debéis dar es captar a un humano. La selección del espécimen es muy
importante, muchos de vosotros sabéis que existen gran número de humanos
malvados y crueles, aunque muchas veces nos encariñamos ciegamente a pesar de
lo mal que nos tratan luego, pero de este triste asunto hablaremos otro día.
Bien, captación
de humanos, cuanto más cara de tonto tiene el humano mejor. Hay humanos que son
más reacios a tenerte en sus casas, pero son los que luego caen con mayor
facilidad ante vuestros encantos. Pero en el primer paso tenéis que captar al
más imbécil, ese que babea y cuyos ojillos lagrimean emocionados cuando te ven,
esos van a ser los encargados de facilitarte la entrada al domicilio. Aunque
luego nos os hagan mucho caso y sea el miembro más reacio se su familia el que
se acuerde de darte de comer y limpiarte el culo.
La clave para
conquistar a ese humano emocionalmente inestable, ese que te desea
fervientemente, es dar la máxima pena, la máxima ternura que se pueda. Depende
de si eres adulto o cachorro. Los cachorros por norma general lo suelen tener
más fácil, pero todos podéis conseguirlo. Miradlo a los ojos, el contacto
visual es fundamental, echadle una miradilla nostálgica con tintes tiernos, eso
los chifla. Luego, una vez captados a través del ejercicio visual, hacedle
algunas gracias. Moved mucho la colita, poneros panza arriba (así, de paso,
también aprovecháis para que os rasquen la barriguita, que aprendan a ser
sumisos desde el comienzo) jugad con ellos, sed buenos, pareced sumisos,
sentaos cuando os ofrezcan algo de comer y en menos que canta un gallo estaréis
en su casa.
Por supuesto,
esto es una táctica para acceder al hogar, una vez dentro podéis comenzar a
adueñaros de ella poco a poco. Disfrutaréis del placer de morder las zapatillas
y los mubles, de mear en la cama, de cagar en la alfombra, de llenar el sofá de
tierra… Todos esos placeres que en próximos capítulos iré desgranando para que
aprendáis a disfrutarlo con las menores repercusiones posibles. Porque
recuerda, tú eres el verdadero amo, esa es ahora tu casa no la suya.
Pero… ¿qué pasa
si existen otros animales en la vivienda del humano? En el próximo capítulo, os
enseñaré las tácticas para neutralizar a todos los bichos indeseables que
capten la atención de tu humano para perjudicarte. Por supuesto, os daré unos
suculentos consejillos para libraros de nuestros peores enemigos, los felinos.
Pero todo esto y
más en el próximo capitulo. ¡Hasta la próxima!
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