lunes, 20 de junio de 2011

Vivir sintiendo

¿Quiere el amor adentrarse en las profundidades de mi Marlow escondido?
Fausto sería mi amante perfecto, esperando entre las sombras el trato con Lucifer. Como Lorca cuenta: Sí Lucifer fuera la libertad del gran imperio verde, tú tendrías que ser por fuerza el definitivo.
Encontrar lo inalcanzable en un lago de fuego.
Sería maravilloso poder verte a los ojos y afirmar que definitivamente eres tú. Gritar y deslumbrar al mundo con lágrimas. Lágrimas de alegría infinita.
Quisiera tener la seguridad de que las señales vienen de alguna parte. La irracionalidad de lo inteligible ojalá volviera a pertenecerme.
El raciocinio me está matando lentamente y quisiera que el sueño me deslumbrase con la potente luz del alba, para explorar la pradera perdida del firmamento.
Como quisiera abrazar sintiendo el universo entre mis brazos. ¡Sí! Esa desesperación por sentir, sentir, SENTIR.
La muerte se aleja cuando mi imagen se decolora en tus ojos. Tus maravillosos ojos.
Los humanos somos criaturas benditas en desdicha, pero el amor liberador nos hipnotiza con su sosiego.
Ojalá pudiera arrullarte en este instante y sentir que realmente eres mi amor definitivo.
Sentiría tu dulzura dentro al besarte. Sí, déjame probar de nuevo tu boca, déjame gritar desesperadamente y pintar tu nombre en mi vientre y que reviente de tu vida dentro.
El sol alumbra cada mañana, y cada mañana la vida se restablece porque quiero sentir, sentir, SENTIR.
Maneja el enjambre enjaulado en la perpetuidad de una aurora colectiva, hasta yacer en una libertad deformante.
La vida es por fuerza fácil.
Naciendo en la calidez de una canción y deformándose ante nosotros, simplemente se deja caer.
Tú y yo la cazaremos y amándonos recorreremos el mundo a zancadas. Ante nosotros se despertarán los amaneceres de África y nos dormiremos bajo los cerezos rosados de Asia.
Porque solo quiero que duermas sobre mí y que despiertes con mis ojos mirándote.
Tu calor me hace falta para vivir.
No expreso, simplemente palpo las lindes del alma sin tocarla. Alma… ¿qué será? ¿Qué sentirá dentro, en la profundidad? No existen letras ni versos que puedan describirlo. No, no existirán jamás, porque solo se vive sintiendo.
¿Un Lucifer verde?  ¡Qué curiosas palabras! Algo hermoso para describir lo desconocido. El hombre existe porque existe lo desconocido y puede soñarlo.
La vida sintiendo es la muerte de la tristeza.

sábado, 18 de junio de 2011

Los príncipes de la niebla

 El aire se sonroja al verlos pasar despidiendo un aroma embriagador que ciega el alma y hace retumbar los sentidos. Los dos tan bellos, los dos tan deseables. Como dos gotas de rocío, frescor de la mañana y fuego en la tarde.

Dibujo esbozos de encuentros imposibles coloreados de una luz marchita, que desborda el instinto de retenerlos a mi lado, de dejarme estudiar por sus irresistibles labios.
Desde un segundo plano, veo como sonríen y susurran a las musas, diosas cargadas de goce. Y en mi pequeño rincón, me dejo invadir por la soledad, y el deseo de alcanzarlos. De escuchar sus susurros en mis oídos, sentir como sus mandíbulas se tensan marcando la línea del pecado en sus rostros, peinar mi cuello con su cálida respiración, morder mis ojos con una mirada.

Príncipes de la niebla, que solo en sueños me visitáis. Desearía dormir eternamente reviviendo el mismo encuentro, aunque la realidad dejara de existir. Pues en lo profundo de la noche, vuestras sombras consuelan el desasosiego de vuestra ausencia,  y calman el dolor de vuestra frialdad.
Esculpo  la silueta de vuestras manos en el aire, esperando que se posen en mi rostro con una caricia. Líneas perfectas en el lienzo de la vida